Contra la palabra crisis: sensatez

Los efectos de la sequía, la situación de la agropecuaria y por ende de nuestra economía bien merecen momentos de reflexión y sensatez frente a reflejos impulsivos por una realidad adversa
Cuando los uruguayos nos preparábamos para enfrentar los efectos de una crisis financiera internacional que ha dejado al borde del precipicio a los docentes de la economía (léase EEUU y varios de sus apatridasaliados) se suma una de las peores sequías de los últimos 60 años en el Uruguay.
Este fenómeno climático pega en el corazón de la producción nacional por cuanto se ha enquistado en los departamentos de mayor producción lechera y cárnica, sin dejar fuera el resto de los productos de nuestra agropecuaria.
Sin pretender ingresar en la discusión –que deberá darse- sobre las previsiones que los propios involucrados debieron adoptar cuando, por ejemplo, la leche valía lo que hoy alcanzaría para sobrellevar la sequía, y si lo hicieron que tan efectivos fueron, es claro que vivimos realidades difíciles de asimilar para el ciudadano común.
Por ejemplo, si el precio internacional de la leche llegó a valores históricos, ¿por qué en pocos meses pasamos de tener productores desarrollados a productores en riesgo de extinción?.
Si la carne a nivel internacional llegó a valores históricos (y aquí también), ¿porqué si a pesar de la sequía los productores venden sus ganados y los frigoríficos trabajan a full, la noticia es que se vacían los establecimientos?.
¿Qué futuro inmediato nos depara si están vendiendo prácticamente todas sus existencias?.
Estos aspectos -como otros- el ciudadano común no los entiende.
Y lo peor es que los referentes, como por ejemplo algunos líderes políticos, sobre todo opositores al gobierno, pretenden con argumentos livianos arrimar agua para el molino que comienza a trabajar para transformar en votos la ignorancia de la gente. Ignorantes entre los que felizmente me encuentro porque este estado me permitirá en base a la investigación aunque más no sea dialéctica llegar a comprender mejor qué nos está pasando.
No es aquello de ¿qué nos da la vaca?: la leche…porque la industria bajó el precio al productor, porque la industria exporta menos, y por eso la industria está anunciando el cierre temporal de plantas y enviar trabajadores al seguro de paro.
De tanto escribir me marea este tema ¡y eso que es leche y no alcohol!.
Porque además en los últimos meses del año 2008 los floridenses nos enfrentamos al envío al seguro de paro de los trabajadores del frigorífico y sin embargo ahora el frigorífico no para de trabajar, aunque por la sequía le falta agua.
Y además en los informativos dicen que el precio de los alimentos bajan a nivel mundial y por si fuera poco baja también el petróleo y entonces Doña María se pregunta: si todo baja en el resto del mundo ¿porqué no bajan en Uruguay?, ¿acaso el almacenero está de vivo?.
Pero también la vecina está asustada porque desde hace meses no son pocos los que insisten en que se viene la crisis, se viene la crisis, pero no explican nada en el idioma de la gente como para que se prepare. Aunque sea por las dudas.
¿Qué pasará?, ni idea.
Lo que sí he visto, al menos en nuestra Florida, es que estos temas se procuran analizar y sobrellevar razonablemente, en forma prudente y en conjunto. Al menos (y no es poco) una señal de madurez para una sociedad calificada por algunos -a veces con razón- de contar con una mentalidad pueblerina.
Mientras quien esté a nuestro lado no se sienta solo, estaremos mutuamente acompañados y sabido es que cuando las voluntades y el intelecto se juntan positivamente, se pueden construir grandes soluciones para graves problemas.