Cuando recorría la ciudad y hasta cuando la profesión me llevó a la capital del país, en varias ocasiones escuché para el caso de la salud: medicina preventiva. Y hasta hoy se insiste en las bondades de esta práctica, pero pasaron varios años, casi dos décadas y eso es mucho.
Cuando las consecuencias de la sequía son noticia cotidiana y en uno de los tanto artículos que se han escrito uno lee asombrado: “Hay algo que se repite: en la sequía de 1988-89 se había traído un experto quien marcó los diez pasos a seguir para prever estas situaciones. De los diez el único que se dio fue el primero, que correspondió a la integración de una comisión de sequía, en el ámbito del MGAP, que después decayó en su accionar hasta desaparecer”. Esta afirmación la realizó en la edición de Caras y Caretas Ruben Mario Caffera, “el único meteorólogo doctorado en Uruguay”.
En el mismo artículo queda en evidencia que por ejemplo se llegó al año 2006 creándose el Fondo de Emergencia Climática, que es precisamente el que ahora se utilizó para la compra de alimento para el ganado por parte del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca.
Casi 20 años después.
Es mucho tiempo.
Por tanto sería conveniente hacer lo que popularmente se dice: “pensar antes de hablar”, “más vale prevenir que curar”, etc, etc.
Por si alguien que lee este breve artículo no lo sabe, la sequía está desde hace tiempo, las vacas dan menos leche hace tiempo, el precio de la leche bajó hace tiempo y hace tiempo también que no llueve. Si no llueve no hay agua, si no hay agua en el campo no crece pasto, si no crece el pasto la vaca (por definir un animal) no come, si no come ni engorda ni da leche (en caso que sea ganado lechero). Y esto por citar un ejemplo.
En fin, no esperemos otra situación climática adversa (suena bien ¿no?) quienes deben actuar saben lo que tienen que hacer y es bueno también que se conozca y valore a los que fueron previsores y a los que no dan la espalda a los problemas.
Recuerdo cuando niño observaba que no siempre la gallina que cacarea pone huevos.
Cuando las consecuencias de la sequía son noticia cotidiana y en uno de los tanto artículos que se han escrito uno lee asombrado: “Hay algo que se repite: en la sequía de 1988-89 se había traído un experto quien marcó los diez pasos a seguir para prever estas situaciones. De los diez el único que se dio fue el primero, que correspondió a la integración de una comisión de sequía, en el ámbito del MGAP, que después decayó en su accionar hasta desaparecer”. Esta afirmación la realizó en la edición de Caras y Caretas Ruben Mario Caffera, “el único meteorólogo doctorado en Uruguay”.
En el mismo artículo queda en evidencia que por ejemplo se llegó al año 2006 creándose el Fondo de Emergencia Climática, que es precisamente el que ahora se utilizó para la compra de alimento para el ganado por parte del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca.
Casi 20 años después.
Es mucho tiempo.
Por tanto sería conveniente hacer lo que popularmente se dice: “pensar antes de hablar”, “más vale prevenir que curar”, etc, etc.
Por si alguien que lee este breve artículo no lo sabe, la sequía está desde hace tiempo, las vacas dan menos leche hace tiempo, el precio de la leche bajó hace tiempo y hace tiempo también que no llueve. Si no llueve no hay agua, si no hay agua en el campo no crece pasto, si no crece el pasto la vaca (por definir un animal) no come, si no come ni engorda ni da leche (en caso que sea ganado lechero). Y esto por citar un ejemplo.
En fin, no esperemos otra situación climática adversa (suena bien ¿no?) quienes deben actuar saben lo que tienen que hacer y es bueno también que se conozca y valore a los que fueron previsores y a los que no dan la espalda a los problemas.
Recuerdo cuando niño observaba que no siempre la gallina que cacarea pone huevos.