“El sordo” da letra para la campaña pero la realidad es más fuerte

Hay quienes por su formación académica nos merecen siempre algo más que un minuto de atención, el mismo tiempo que a todos aquellos que no lograron ser universitarios, pero sí conocen la realidad porque conviven con ella.
En tiempos donde el análisis de los resultados de una elección interna pasan a ser más importantes que analizar profundamente la realidad y frente a ella proyectar un modelo de país que contemple todas las opiniones, lamentablemente en mi modesta forma de apreciar lo que sucede, los genios pasan a ser los intelectuales y en esta época en particular han cobrado mayor protagonismo los politólogos ó empresarios que se dedican a estudiar y luego descifrar el pensamiento y comportamiento ciudadano.
Este domingo 5 de julio, el politólogo Luis Eduardo González desmenuzó en una nota publicada en el diario El País el resultado de las elecciones internas y el porqué de determinados comportamientos tanto de la ciudadanía como de los líderes partidarios del Frente Amplio y el Partido Nacional.
Vale la pena leerla. http://www.elpais.com.uy/090705/pnacio-427739/nacional/-el-gobierno-del-frente-rompio-una-esperanza-
Allí, entre otras cosas afirma que desde que el Frente Amplio asumió el gobierno hasta la fecha “el cambio es modesto e incremental. Es el mismo país de hace cuatro años o cinco años. Y uno de los mensajes cruciales del Frente ya no funciona: que los partidos tradicionales son el problema, que tienen la culpa de lo que ocurrió”. Claro que hace otras consideraciones positivas, pero esta afirmación de González no es más que el mensaje que blancos y colorados han pretendido (y en algunos casos logrado) incorporar en parte de la conciencia colectiva.
Me pregunto. Al día de hoy la situación de nuestro país ¿es la misma de hace cuatro años?, ¿la situación del departamento es la misma que hace cuatro años?. ¿Puede alguien sinceramente hacer tan drástica afirmación?. Y la respuesta –aunque la objetividad en mi caso particular pueda ser puesta en duda- es un rotundo NO.
El país cambió y en la inmensa mayoría de los campos de acción es innegable. Y en esto algunos compatriotas –los menos y sobre todo los dirigentes blancos y colorados- podrán mimetizarse con González, y ser sordos, pero la inmensa mayoría de los uruguayos no son ciegos y resulta evidente que para quienes nos sentimos comprometidos con un país y un departamento diferente al que imperó hasta el 2004, desde el lugar en el cual nos encontremos y por sobre todas las cosas querer y sentir un país más justo, tenemos la obligación de trabajar más, demostrando que la realidad no es igual a la de hace cuatro años.
Esto se hará entre otras cosas, con una diferencia de lo que plantea González el Frente debe y seguramente será capaz de convocar y convencer a blancos y colorados para encolumnarse detrás de aquellos frenteamplistas que han estado al firme desde la primera hora.
Durante veinte años estuve por mi trabajo, del otro lado del mostrador.
Conozco el rostro de la miseria, la económica y la humana, ésta última la peor de todas. Conozco a los ricos miserables, y al miserable individualista, conozco al que tiene como solución a su vida el “divide y reinarás”.
En los últimos años depositaron en mi, una confianza a la cual no puedo fallar y con ello me abrieron las puertas a un movimiento político capaz de actuar coherentemente aún desde la diversidad, sin poner sobre la mesa cualquier beneficio personal que se interponga por sobre el colectivo. Con aciertos y con errores, pero con honestidad intelectual. Por eso es que hay que combatir con ideas y acción a quienes afirman y dan por cierto que todo es igual, que todo es lo mismo.
Cierro el divague dominguero con ese verso que dice: “quien dijo que todo está perdido, hoy vengo a ofrecer mi corazón”.