El domingo pasado, no fue un día cualquiera.
Fue, sin ninguna duda, otro día marcado para la sociedad en la que vivimos y para la historia de nuestro país.
Es que todos esperábamos que el Frente Amplio obtuviera el respaldo suficiente como para ser electo como partido para gobernar nuestro país por segundo período consecutivo, con el Pepe y Danilo a la cabeza. Sin embargo no ocurrió lo deseado y por un estrecho margen no se logró este objetivo político y por lo tanto –vaya noticia- nos encaminamos hacia un balotaje.
Pero, todo tiene un pero.
El Frente Amplio como estructura política ha resultado una vez más la que obtiene el mayor respaldo popular por sí misma. Hubo un balotaje anterior, pero los socios históricos que gobernaron en el pasado se unieron cual familia ideológica que son, aunque esta última lectura se diga que está fuera de contexto histórico. Pero vaya si tiene vigencia.
En un país que, contrariamente a lo que pretende imponer como idea fuerza el candidato blanco Luis Alberto Lacalle no esta dividido, los uruguayos libres pensadores se sumaron una vez más haciendo historia y dejando en claro que el Frente Amplio es el partido político que más respaldo cívico tiene en estos primeros años del siglo XXI.
Y hay más.
En Florida, también el Frente Amplio es el partido con mayor respaldo popular.
Pero ya son once los departamentos del país que registran lo mismo.
¡Caramba!. ¿Será producto de la casualidad o la causalidad?.
Sin que los medios de comunicación lo trasmitan –por lo menos hasta hoy- este momento histórico recordará que luego de cumplir el primer período de gobierno, (con el desgaste que implica, máxime con las reformas implementadas) el Frente Amplio mantiene los niveles más altos de adhesión que se hayan registrado en los últimos 25 años.
No es poca cosa. Y no es casualidad.
Se ha gobernado distinto, se actúa distinto, y por sobre todas las cosas, se cumple.
Por eso, más allá de no haber logrado el 50% más uno de los votos, se llega a un 48%.
¡Pensar que con un 28,9% Lacalle festejó y lo trasmitió como una victoria!.
Claro, cuando fue electo presidente, no tuvo ese respaldo popular.
Hoy el candidato y compañero del Frente Amplio tiene casi un 50%...y todavía no es Presidente. Habrá que esperar, falta poco y nuestra gente es sabia, tiene claro lo que quiere, mucho más de lo que algunos se imaginan.
Fue, sin ninguna duda, otro día marcado para la sociedad en la que vivimos y para la historia de nuestro país.
Es que todos esperábamos que el Frente Amplio obtuviera el respaldo suficiente como para ser electo como partido para gobernar nuestro país por segundo período consecutivo, con el Pepe y Danilo a la cabeza. Sin embargo no ocurrió lo deseado y por un estrecho margen no se logró este objetivo político y por lo tanto –vaya noticia- nos encaminamos hacia un balotaje.
Pero, todo tiene un pero.
El Frente Amplio como estructura política ha resultado una vez más la que obtiene el mayor respaldo popular por sí misma. Hubo un balotaje anterior, pero los socios históricos que gobernaron en el pasado se unieron cual familia ideológica que son, aunque esta última lectura se diga que está fuera de contexto histórico. Pero vaya si tiene vigencia.
En un país que, contrariamente a lo que pretende imponer como idea fuerza el candidato blanco Luis Alberto Lacalle no esta dividido, los uruguayos libres pensadores se sumaron una vez más haciendo historia y dejando en claro que el Frente Amplio es el partido político que más respaldo cívico tiene en estos primeros años del siglo XXI.
Y hay más.
En Florida, también el Frente Amplio es el partido con mayor respaldo popular.
Pero ya son once los departamentos del país que registran lo mismo.
¡Caramba!. ¿Será producto de la casualidad o la causalidad?.
Sin que los medios de comunicación lo trasmitan –por lo menos hasta hoy- este momento histórico recordará que luego de cumplir el primer período de gobierno, (con el desgaste que implica, máxime con las reformas implementadas) el Frente Amplio mantiene los niveles más altos de adhesión que se hayan registrado en los últimos 25 años.
No es poca cosa. Y no es casualidad.
Se ha gobernado distinto, se actúa distinto, y por sobre todas las cosas, se cumple.
Por eso, más allá de no haber logrado el 50% más uno de los votos, se llega a un 48%.
¡Pensar que con un 28,9% Lacalle festejó y lo trasmitió como una victoria!.
Claro, cuando fue electo presidente, no tuvo ese respaldo popular.
Hoy el candidato y compañero del Frente Amplio tiene casi un 50%...y todavía no es Presidente. Habrá que esperar, falta poco y nuestra gente es sabia, tiene claro lo que quiere, mucho más de lo que algunos se imaginan.