Una reflexión desde la acción

La necesidad de reflexionar tomando en cuenta la diversidad de opiniones sobre distintos temas, es lo que a mi juicio fortalece a las organizaciones y por ende a la sociedad en su conjunto.
Extender la mirada y el pensamiento algo mas allá de lo que la luz dibuja, es decir, detrás de la sombra, representa ni más ni menos que ese gran detalle de imaginarnos cómo será lo que viene.
Ese es un punto en el cual no muchos solemos ingresar, pues generalmente estamos apurados por las urgencias cotidianas ó tememos que nuestra opinión no sea tenida en cuenta y hasta se nos cuestione.
En el accionar de las organizaciones políticas cuyas estructuras deben sí necesariamente adaptarse a la realidad sin que ello implique varias su esencia, la reflexión de quienes la integran -sin excepción- resulta vital.
La tarea no es sencilla, por cuanto debe existir la discusión de los temas, el análisis profundo pero también (detalle no menor) la inmediatez en la acción, es decir que hay que desarrollar la capacidad de responder a los acontecimientos que nos vinculan con el resto de los actores sociales.
No todos participan(mos) activamente de las estructuras partidarias, no todos están encolumnados detrás de un sector o partido, sin embargo esto no debe ser impedimento para involucrarnos en los procesos de transformación que vienen operando en nuestro país.
Para fortalecer el reclamo de ser escuchado, uno debe expresarse, caso contrario se trata simplemente de un intento de participación.
Nada es más convincente que el pensamiento y la acción coordinada de un grupo humano que tiene claro su objetivo, razón por la cual para cuando otros reflexionen debemos tener la oreja bien atenta, lo que también implica aprender a escuchar.
Menuda tarea tenemos como seres humanos si queremos crecer personal y colectivamente, más aún cuando tenemos la convicción que nuestros actos no persiguen el fin mezquino del beneficio personal, sino el bienestar del colectivo.